La incertidumbre es uno de los temas inmanejables para el ser humano; queremos seguridad en todos los aspectos, queremos tener certidumbre del porvenir cuando aún no llega, queremos tener certeza de lo que sentirán por nosotros cuando ni siquiera sabemos en nuestro aquí y nuestro ahora lo que sentimos y menos lo que otros sienten por nosotros, aún cuando jugamos en nuestra mente a adivinar el mundo emocional de nuestros afectos y los no tan afectos. Paradójicamente, los más seguro que tenemos en la vida “La Incertidumbre”.
Me pregunto:
¿Qué y cómo podemos hacer para que la inmensa necesidad de saber, no reste fuerza para proyectos que requieran de un mayor ejercicio de nuestro poder personal?
Considero que una de las medidas es centrarnos en nuestro aquí y en nuestro ahora, Si bien es importante hacer ejercicios de futurismo; a esos sueños a ojos abiertos, si no se les imprime la energía necesaria en el momento presente, es muy probable que no rinda los frutos esperados o que tengamos que invertir mucha más energía, incluso de la necesaria, para poder alcanzarlos.
Toda crisis tiene una evolución y consiguiente desenlace, primero nos paralizaremos, luego lo negaremos, nos llenaremos de rabia, probablemente sentiremos algún grado de depresión, hasta que la necesidad humana de vida, de oxígeno, nos lleve a dar los primeros pasos para negociar con nosotros mismos, hasta que lleguemos a aceptar lo que sea manejable, digerible y encaje en nuestra realidad para cumplir con nuestra inmensa necesidad de unificar lo que ingrese a nuestro mapa del mundo, a través de nuestros sentidos e inteligentemente incorporar lo nuevo, tomar lo que resulte pertinente, fusionarlo con lo dado y crear nuevos conocimientos.
Ahora bien, si extrapolamos lo antes expuesto y lo copiamos en el mundo de la tecnología de la información y comunicación, permítame comenzar el análisis a partir de lo siguiente:
1. Es un mundo dominado por pocos.
2. Es un mundo, por tanto, conocido a profundidad por pocos.
3. Concluimos que: es un mundo al cual tememos muchos y nos resistimos, por no conocer ni en la superficie, menos aún a profundidad.
Entonces me pregunto, ¿Tienen al menos una pequeña idea de lo que significan los cambios tecnológicos en una organización?
Pánico total completo y absoluto.
Esta inquietud me lleva a pensar en la necesidad de formación en mayores y mejores competencias personales, para que logren implementar los cambios con un saludable grado de resistencia al menor costo emocional posible para quienes hacen vida en las organizaciones.
Una nueva ventana que se abre para quienes quieren hacer diferencias agregando valor.
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