viernes, 1 de mayo de 2009

¿Se nace siendo optimista o se aprende?



¿Qué significará ser optimista?

El diccionario de la real academia española trata el optimismo desde dos puntos de vista, un primero relacionado con “propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable” y otro que hace referencia a la “doctrina filosófica” que atribuye al universo la mayor perfección posible.

Esta palabra tiene su origen en el latín optimum (“lo mejor”), siendo Voltaire el encargado de popularizar la palabra, al incluirla como subtítulo de su cuento “Cándido” en 1759.

Como doctrina filosófica, el optimismo es lo opuesto al pesimismo (del latín pessimum, que significa “lo peor”), que sostiene que vivimos en el peor de los mundos posibles.

Es decir que para fines de estas líneas, consideremos que estamos hablando de Lo mejor para entender optimismo y lo peor para comprender pesimismo.

Desde el punto de vista psicológico, está concebida como una característica de personalidad que media entre la situación exterior y la interpretación subjetiva de la misma.

En palabras más sencillas, una persona optimista es aquella que quiere que su futuro sea favorable y hace lo que tenga que hacer para que su presente sea altamente satisfactorio.

En tiempos de crisis e incertidumbre, el optimismo ayuda enormemente a enfrentar la adversidad con buen estado de ánimo, colaborando a rescatar lo mejor de cada situación y de cada persona.

Indicadores de personas optimistas: Si quiere saber si usted es optimista, responda con Si o No a las siguientes preguntas

En la mayor parte del tiempo ¿Es usted una persona con buen humor?

¿Se considera una persona perseverante?

¿Goza de buena salud?

¿Siente que sale fortalecido de las adversidades?

Si tuviera que volver a empezar, ¿Cree que lo pudiera hacer sin dificultad alguna?

Ante situaciones conflictivas ¿Se toma su tiempo para analizarlas y extrae lo positivo de las mismas?

En su opinión ¿Cree que el optimismo construye el éxito?

Ahora bien, si el optimista es percibido como una persona que peca de ver solo el lado positivo de las situaciones, se considera que esto responde a que focalizarse en lo negativo no resuelve los problemas, sino que por el contrario los agrava y en cambio, con los aspectos positivos pueden sobrellevar los negativos e incluso resolverlos.

Esto hace de la actitud optimista mucho más que una voluntad pueril, la transforma en una verdadera muestra de racionalidad para afrontar la vida.

Para cerrar:

El optimista nace y el optimista se hace: Vivir con optimismo es una decisión de vida.

Si quiere ser optimista practicante: Piense en positivo, sienta en positivo y actúe en positivo y por tanto obtendrá RESULTADOS OPTIMISTAS.

Usted como siempre, tiene la última palabra.