jueves, 8 de abril de 2010

El mal hábito de procrastinar


Procrastinar o posponer es el mal hábito de estos tiempos y genera indisciplina, escaso logro y pérdida de motivación, entre otras consecuencias.

Ésta nota surge a raíz de estar trabajando tanto en mí misma, como en los talleres que facilito sobre destrezas organizativas, para llevar a su mínima expresión éste mal hábito capaz de resquebrajar ánimos y dejar en manos de la apatía esos sueños que alguna vez tuvieron sentido en nuestras vidas.

Existen diferentes formas de ir minimizando esta pésima costumbre, antes de hablar al respecto, haré una reflexión.
Toda acción tiene un por qué y un para qué, si somos habilidosos para dejar para después lo que en éste momento tenemos que hacer y nunca lo hacemos, pregunto ¿Para qué hacemos esto? ¿Cuál es el beneficio de postergar una acción que amerita ser abordada?

¿Se ha puesto a pensar en las tantas veces que ha realizado alguna solicitud a un organismo y jamás recibió respuesta?

A veces puede ser que para esa institución, informar sobre los avances de los trámites no forme parte de sus procesos intermedios, sino es hasta el final cuando se notifica, pero también créame que a veces no se da respuesta porque alguien después de tanto postergar esa tarea, sencillamente se le olvidó.

En mi caso por ejemplo, descubrí que era una forma de poner en otros lo que sólo me correspondía hacer a mí, desde ese entonces, sencillamente si quiero lograr lo que me he propuesto, es mi responsabilidad hacer lo que tenga que hacer para lograrlo, así que me dejé de tonterías y puse manos a la obra.

¿Cómo empecé?

Con algo muy sencillo y es empezar por poner atención en los detalles más simple, me explico.

Cuando tenía que entregar un informe post taller, antes decía, luego lo hago y entre que se me olvidaba y se me volvía a olvidar, sencillamente lo hacía cuando ya no quedaba otra. De esa manera iba acumulando tareas y luego no me alcanzaba el tiempo para nada, aún cuando disponía de todo el tiempo, ya que por tanto procrastinar, tenía que hacer muchas cosas en poco tiempo.

Ahora me organizo mejor, abandoné dejar hacer las cosas para después y sencillamente las hago.

Algo muy sencillo que también me ha ayudado son las listas de chequeo, hago mi lista de pendientes el día anterior antes de terminar las actividades del día, chequeo que hice, lo tacho y paso para el siguiente día lo que quedó sin hacer conjuntamente con todo lo nuevo que haya surgido, todo en el mismo cuaderno, y al final del día vuelvo a revisar.

Esta estupenda manera de llevar control sobre las actividades, lo hacía una gran amiga, de quien heredé esta estupenda herramienta para mejorar mis destrezas organizativas…

Lo que yo le incorporé fue hoja de control que me permite visualizar la prioridad tanto en importancia como en tiempo y éstas variables varían de acuerdo al tipo de pendiente, si es interno o si es externo, si priva un proceso anterior o si de mí depende dar una respuesta o insumo para dar continuidad a un proceso.

Si estas interesado en éstos talleres, envíame un mensaje y con gran gusto atendemos tu solicitud.

Para finalizar, si procrastinar es un pésimo hábito, para qué seguimos dejando de hacer una y otra vez… es cuestión de proponérselo y empezar por lo más evidente, una vez lo haga, se comienza a generar una nueva conciencia en usted y en su entorno.

Hasta una próxima oportunidad.