domingo, 20 de abril de 2008

El Cambio con una Manzana: Un buen principio


Desde hace ya algunos meses formo parte de una comunidad de aprendizaje, cuyo espacio virtual me ha dado la oportunidad de conocer personas con una formación bien sólida en todos los sentidos y más especificamente en temas relacionados con el manejo del cambio en las organizaciones, le pedi a Marisa, cuyo artículo disfrutaran a continuación, que compartiera alguna reflexión en voz alta y me dio como regalo este artículo sumamente creativo y pertinente con la dimensión humana. Espero les guste y les resulte de utilidad.
Reciban un abrazo virtual y muy sentido, Cristmar


El cambio con una manzana.
Marisa Morales Heyser
Abril 20, 2008

Dos cambios tajantes en el rumbo de la humanidad por tan solo una manzana.

El inicio de la aventura como humanos, de iniciar el camino de la responsabilidad de nosotros mismos con la consiguiente oportunidad de ser libres, y todo por la simple, sencilla y a la vez tan polémica manzana del paraíso.
El otro es el descubrimiento de la gravedad newtoniana, derivado de una sencilla manzana, que siguiendo el impulso natural de reunirse nuevamente con la tierra, en el momento, en la circunstancia y en el lugar preciso, se encuentra en su camino una cabeza pensante y observadora, marcando así el cambio de la perspectiva que hasta entonces se tenía de la física.

Fruta sencilla, humilde que nunca hubiera imaginado ser la portadora de cambios tan radicales en la historia. Material para reflexiones profundas y a la vez para prácticas cotidianas.

Siendo seres sintientes, la mejor forma de lograr un cambio es sintiendo. Lo racional tiene un lugar preponderante para planear, analizar, discurrir, etc., sin embargo, no hay que dejar de lado el resto de lo que nos conforma. Tenemos los sentidos, esa base primitiva y valiosa, que adormecemos por respetar el trono de lo racional.

La resistencia al cambio se da principalmente porque nos anquilosamos en un estado conocido, (no por eso necesariamente agradable), nos regodeamos en ese pequeño cajón de situaciones habituales, que creemos tener bajo nuestro control. y que nos brinda una falaz sensación de seguridad.

¿Por qué no salimos del cajón? Porque hemos interiorizado las creencias limitativas y paradigmáticas que provocan un miedo inconsciente para saltar de las paredes del cajón, así, sin saber bien porqué, preferimos quedarnos en un medio seguro, creyendo que afuera es “peligroso”, “riesgoso”, creemos que “afuera” hay cosas nuevas etiquetadas como amenazantes.
¿Cómo disolvemos esas creencias?
¡Con una manzana!

Viviendo y observando la experiencias en el aquí y ahora. Utilizando nuestra maravillosa capacidad de la autobservación. Un simple ejercicio puede ser un excelente recordatorio: comer una manzana.

¡Así de sencillo! Si eventos con la manzana han causado cambios radicales en la humanidad, ¿por qué no utilizarla para realizar cambios trascendentales en tu evolución impulsando la conciencia?.
Mientras estás leyendo ésto, seguramente estarás recordando a nivel conceptual cuando has comido una manzana. Observa tu recuerdo. Luego, come una manzana real y compara el recuerdo con la realidad.
Pero en esta ocasión la comerás teniendo a tu observador en acción. El meollo del ejercicio es que la vivas, que experimentes. Muérdela, siente tus dientes penetrándola, percibe el jugo que se desliza suavemente en tu boca, como se accionan las papilas gustativas, como salivas, percibe los diferentes sabores de cada parte, de la consistencia, del aumento del olor al morderla, de cómo reacciona tu lengua con su contacto, la temperatura, la textura de su piel entre tus dedos, la sensación de tu estómago al recibir este alimento. Continúa descubriendo las sensaciones.

Una mordida con observación basta para que tu percepción se vea colmada de sensaciones diferentes a las usuales.

Si el sabor es agradable, continuarás comiéndola y disfrutándola hasta que la termines y te dará una gran satisfacción. Si no te es agradable, observarás tus reacciones, y entonces podrás ejercer tu libertad de elección de continuar comiéndola o no.

Al ejercitar la capacidad de autobservación, nos estaremos acercando cada vez más a la libertad de elegir… por convicción y no por imposición. Por estar convencidos de que es lo que nos apetece, lo que nos gusta, lo que nos hace sentir bien y distinguir, desde adentro, desde la conciencia, las acciones a seguir.

Con este sencillo ejercicio de cambio de percepción, podemos ahondar en nuestra propia evolución. Así, simple y naturalmente como lo es la manzana, hemos experimentado como se puede dar un cambio radical a favor de nuestro bienestar y evolución, a saltar del cajón de lo conocido y experimentar nuevas sensaciones, con la libertad de elegir.
Ahora cada manzana que comas te recordará el placer de la observación, la llave para los cambios verdaderos, duraderos y evolutivos.

Información sobre Marisa Morales Heyser:
Licenciada en Administración, ha seguido a lo largo de los años varias especialidades, ya sea a través de diplomados o cursos, tales como Mercadotecnia, Informática, Desarrollo humano, entre otros. Ferviente admiradora de todo lo que implique crecimiento interior. Se desempeñó en mercadotecnia industrial, planeación financiera y administrativa, capacitación , marketing comercial y en los ultimos 7 años en Administración del cambio, que es su pasión.