Recién leí un artículo sobre la situación por la que atraviesa España con su talento humano y hablan que lamentablemente en tiempos de crisis, sus autoridades no han sabido adecuar las demandas del sector productivo con la oferta académica y esto no ocurre exclusivamente en ese querido país, es la realidad de muchos que como diría Mafalda estamos "Cabeza pa´ bajo..."
La brecha en el mercado laboral (oferta y demanda) en lugar de acortarse, por el contrario se divorcia y van por caminos distintos y el artículo en cuestión concluye argumentando, que la empresa española requiere gente preparada y yo me pregunto ¿Preparada para qué? y esta pregunta es válida para cualquier país de este mundo.
La respuesta pudiera parecer obvia, me podrían decir, que cada país requiere gente preparada para hacerle frente a las necesidades del mismo, para crecer y desarrollarse y así poder ofrecer mejores y mayores niveles de vida y bienestar a su población.
Y yo continúo y continuaré preguntando
¿Preparada para qué?
Insisto e insistiré porque desde mi muy punto de vista, lo que requieren las academias y los sectores económicos no es sólo preparar gente y adecuarla a las necesidades, es preparar gente y adecuarla para el mundo, para tener mayor conciencia ecológica, para tener mayores niveles de tolerancia, para ser PERSONAS íntegras, globalizadas, porque eso sí agrega valor a cualquier innovación, desarrollo e investigación que se haga, porque todo parte del hombre y termina en él, porque no existe nada o algo ajeno a la naturaleza humana.
Cuando leo a Senge o a Rogers, cada vez me convenzo más que NO ES SOLO LA ECONOMIA y MUCHO MENOS LA TECNOLOGIA, SON LOS VALORES, ES EL SER HUMANO.
Para finalizar creo que el gran reto de las academias para los años venideros tendrá que necesariamente responder como eje transversal que bañe como agua fresca, la dimensión humana de las personas, a la par que avanzamos en tecnología, que avanzamos en innovación, en esa misma proporción tendrán que ser atendidas los procesos sociales del ser humano; no sólo como un esfuerzo aislado y un taller cada 8 meses, sino como la mejor estrategia de aprendizaje que hagan del futuro profesional, un ser humano con visión más ecológica, humana y global, tanto en ciencia y tecnología, como en aspectos humanísticos, sin distinción, ni exclusión, sino como realidades integradoras que van de la mano para construir mejores naciones.
Desde la distancia física y la cercanía emocional, reciban un afectuoso saludo,
Cristmar Mendoza
